Las personas con autismo no perciben menos información de su entorno, sino más, afirma el modelo que desarrolló hace diez años la pareja de neurocientíficos Henry y Kamila Markram. Su hipótesis, sin embargo, todavía ha de demostrarse.
En 2007, Henry y Kamila Markram formularon su «teoría del mundo intenso». Según esta, una sobreestimulación neuronal se encuentra en el origen de los trastornos del espectro autista (TEA).
El modelo se basa en estudios con ratas que presentan problemas de conducta y las experiencias personales de los Markram con su hijo autista Kai. La falta de más pruebas científicas ha fomentado que la teoría del mundo intenso se ponga en duda.
Muchas personas con autismo se consideran, no obstante, identificadas con la visión de los Markram. Aunque existen numerosas teorías contrastadas, aún se carece de una explicación definitiva de los procesos que contribuyen al TEA