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De acuerdo a una publicación realizada por la asociación latinoamericana de tórax en abril del 2020 Fumar en tiempos de COVID, segunda edición Mayo 2020, explican como el humo del tabaco afecta nuestra salud, y nos deja saber el riesgo que poseen las personas fumadoras.
Texto citado de la publicación:
El humo del tabaco deteriora varios componentes de los mecanismos de defensa del aparato respiratorio, tanto la inmunidad celular como la humoral, y en forma temprana afecta mecanismos inespecíficos como el mecanismo de limpieza mucociliar y produce además inflamación. [1] Estas alteraciones favorecen la aparición de infecciones respiratorias bacterianas o virales y podrían explicar por qué las personas que fuman presentan no solo una mayor incidencia sino presentaciones más graves de infecciones respiratorias como influenza, neumonías y tuberculosis erigiéndose como importantes causas de enfermedad y muerte en este grupo poblacional. Hay fuertes evidencias que indican que fumar tabaco es un factor de riesgo para neumonía de la comunidad (Odds Ratio (OR) 2.4) [2], para enfermedad neumocóccica invasiva (OR 2,4 a 4), para otros microorganismos capsulados, [3] y virus que causan resfríos comunes, entre los que se cuentan los coronavirus.[4] Desde hace varias décadas, se reconoce la fuerte asociación entre fumar y padecer influenza, en particular H1N1, (OR 5 a 6) [5,6]
El uso de sistemas electrónicos de administración de nicotina (conocidos como cigarrillos electrónicos, e-cigs o vapeadores), los productos de tabaco calentado, la exposición “pasiva” al humo del tabaco, así como la contaminación atmosférica y de interiores por combustibles sólidos (humo de leña), exponen a los usuarios a partículas y a tóxicos, que generan alteraciones en los mecanismos de defensa respiratoria similares a las producidas por el tabaco combustible. [7–9]
El humo de tabaco aumenta la apoptosis y la replicación viral del Virus Sincitial Respiratorio [2] y disminuye la inmunidad innata de las células respiratorias a rinovirus. [10,11] En el brote de MERS –Cov (Síndrome Coronavirus Respiratorio del Mediano Oriente) de 2012, se identificó al consumo de tabaco como un factor independiente para padecer la infección [[12]. Es pues esperable que los fumadores tengan una mayor susceptibilidad a infectarse por SARS-Cov -2, un nuevo virus respiratorio causante de la enfermedad COVID-19 o de padecer la enfermedad COVID-19 con mayor severidad. Además, el SARS-Cov-2 interactúa a nivel alveolar con el receptor de la Enzima Convertidora de Angiotensina 2 (ECA 2), [13] para entrar a la célula y causar enfermedad. Wang y colaboradores han reportado un estudio que muestra que fumar se asocia a una expresión aumentada del receptor ECA 2 y podría conferir una mayor susceptibilidad de los fumadores frente a COVID-19 [14]. No obstante, esta eventualidad ha sido controvertida en una reciente publicación. [15]
Por otra parte, el acto de fumar o “vapear” (y por tanto el acto de llevar repetitivamente los dedos a la boca) aumenta la posibilidad de transmisión del virus a través de la boca, si se contaminan con el virus los cigarrillos, dispositivos electrónicos, pipas de agua (también llamadas “hookah” o narguiles) o cigarrillos de marihuana, podrían actuar como fómite (vector inanimado) del virus.
En particular, las pipas de agua suelen utilizarse en entornos sociales que favorecen el acercamiento entre personas, eventualmente compartiendo la pipa sin higiene adecuada. Esto conlleva dos riesgos de adquirir COVID-19, la aglomeración social y el compartir utensilios como boquilla y manguera con personas potencialmente infectadas, sumado al acto de llevarse la mano a la boca, ya comentado anteriormente. [16]
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