* Dificultad para iniciar el chorro miccial.
* Disminución de la fuerza del chorro miccial.
* Orinar con frecuencia.
* Sentir como si la vejiga no estubiese vacía aun después de orinar.
* Goteo después de orinar.
* Necesidad urgente de orinar.
* Sangre en la orina.
* Eyaculación dolorosa.
* Dolor o sesación ardosa al orinar.
* Dolor en la pelvis.
* Dolor persistente en espalda o cabeza.
* Dolor o inflamación en los testículos.
Fuente: Dra. Marta Sánchez
Especialista en Urología y Endourología en niños y adultos.
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