Los signos de advertencia son cambios inusuales en el color o la textura de la piel, hinchazón, drenaje similar al pus, un área de la piel que se siente más fría o caliente al tacto e incremento de la sensibilidad.
Un paciente al estar recluido en una cama o usar silla de ruedas sin poder cambiar de posición con regularidad puede estar expuesto, de forma directa, a la aparición de las úlceras por presión.
Estas son áreas de piel lesionada por permanecer sin movimiento físico y cambio de postura durante demasiado tiempo. Comúnmente, se forman donde los huesos están más cerca de la piel, como los tobillos, los talones y las caderas, llegando a originar infecciones graves, algunas de las cuales pueden poner la vida en peligro.
Estas úlceras pueden constituir un problema para las personas en los centros de cuidados especializados. En función de la prevención se recomienda a los cuidadores del paciente mantener la piel limpia y seca, cambiar de posición cada dos horas y utilizar almohadas más productos que alivien el peso que constriñe.
Las escaras, sinónimo para nombrar las úlceras por presión y úlceras de decúbito (acostados), son lesiones que pueden desarrollarse en el transcurso de horas o días y la mayoría de las llagas se curan con tratamiento, pero algunas nunca se curan completamente.
Los signos de advertencia de las úlceras de decúbito o por presión son cambios inusuales en el color o la textura de la piel, hinchazón, drenaje similar al pus, un área de la piel que se siente más fría o más caliente al tacto e incremento de la sensibilidad.
Grados de manifestación
Las úlceras de este tipo pasan por distintos estadios diferenciados por su profundidad, severidad y otras características. El grado de daño de la piel y los tejidos oscila desde una piel roja e intacta hasta una lesión profunda que afecta músculos y huesos.
En el caso de las personas que utilizan sillas de ruedas, las escaras suelen aparecer en la piel de las zonas del coxis o glúteos, omóplatos y columna vertebral, parte trasera de los brazos y piernas donde se apoyan en contacto con la silla.
Los pacientes que necesitan permanecer en la cama pueden manifestar escaras en la parte trasera o los lados de la cabeza, omóplatos, cadera, espalda lumbar o el coxis, además de talones, tobillos y la piel detrás de las rodillas.
Al diagnosticar los signos de advertencia de una úlcera de decúbito se debe cambiar la posición para aliviar la presión en el área, así debería mejorar, pero si no sucede en un plazo de 24 a 48 horas, hay que buscar atención especializada de forma inmediata porque pudieran desarrollarse signos de infección como fiebre, secreción de una llaga, mal olor o enrojecimiento, calor e hinchazón.
Factores de origen
Presión: constantemente en cualquier parte del cuerpo puede disminuir el flujo sanguíneo a los tejidos, este es esencial para llevar oxígeno y otros nutrientes a los tejidos. Sin este alimento vital, la piel y los tejidos cercanos se dañan.
Fricción: cuando la piel roza con las prendas de vestir o la ropa de cama puede hacerse más vulnerable a las lesiones, especialmente, si está húmeda.
Roce: Se produce cuando dos superficies se mueven en dirección opuesta. Por ejemplo, cuando la cabecera de una cama está elevada, el paciente puede deslizarse hacia abajo.
Expuestos por…
Lo que agrava la situación de personas expuestas a las escaras es la inmovilidad producto de una salud debilitada, lesión de la médula espinal y otras causas. También la incontinencia genera que la piel sea vulnerada con la exposición prolongada a la orina y las heces.
La pérdida de la percepción sensorial ocasionada por lesiones de la médula espinal y la incapacidad para sentir dolor o malestar puede dar lugar a que se pasan por alto las señales de alerta.
A su vez, las complicaciones de las úlceras por presión se manifiestan por aparición de celulitis, una infección de la piel relacionada con los tejidos blandos que puede causar calor, enrojecimiento e hinchazón.
Una infección de úlcera de decúbito puede traspasar las articulaciones y los huesos, dañando cartílagos y tejidos o reduciendo desempeño de las extremidades.
En casos adicionales, las heridas no cicatrizadas a largo plazo (úlceras de Marjolin) pueden convertirse en un tipo de carcinoma de células escamosas, o en casos pocos frecuentes, derivar en septicemia.
Cuidados que salvan
Se recomienda reposicionar al paciente con frecuencia para evitar el estrés en la piel: variar el punto de apoyo del peso, levantarse, incluir almohadones o colchones especiales que alivien y alternar la silla de ruedas clásica buscando alternativas más confortables; si se está en cama variar el grado de inclinación tomando las precauciones que se amerite.
Otras estrategias incluyen el cuidado hidratante de la piel, el mantenimiento de una buena nutrición y la ingesta de suficiente líquido. Mantener algo de ejercicio en lo posible es ideal.
Clínica de Heridas
David, Chiriquí