Aunque no lo parezca, solo un pequeño grupo de niños (cerca del 2% en el mundo) tiene problemas que limitan su movimiento. Estas limitaciones pueden venir de nacimiento o aparecer después, por distintas razones (como problemas de nervios, músculos o huesos). Estos problemas, cuando existen, no solo afectan cómo se mueven, sino también cómo se desarrollan en lo físico, social y emocional.
Nuestros pies son estructuras súper complejas hechas de 26 huesos, ¡y son la base que soporta todo nuestro cuerpo! Los pies de los niños no son simplemente copias pequeñas de los de un adulto. Son estructuras delicadas que están en pleno desarrollo y cambio.
Hasta los 8 años, hay dos huesos clave (el astrálago y el calcáneo) que están cambiando mucho. En general, los huesos siguen creciendo ¡hasta los 21 años!

Antes de los 2 o 3 años, es normal ver ciertas posturas o formas de caminar que parecen inadecuadas, pero en realidad son parte de cómo el niño se está adaptando y aprendiendo a moverse.
Hoy en día, no hay pruebas científicas sólidas que digan que los zapatos o las llamadas “botas ortopédicas” especiales son necesarios para la mayoría de los niños. Usar este tipo de calzado sin necesidad no solo limita el desarrollo natural de sus pies (músculos, tendones y articulaciones), sino que también puede ser incómodo y afectar al niño emocionalmente.
Para que un niño gane estabilidad al gatear y al empezar a caminar, lo mejor es que esté descalzo. Si necesita zapatos, estos deben ser lo más flexibles y parecidos a ir sin calzado posible.

Muchos niños pequeños tienen el llamado “pie plano fisiológico” o normal, especialmente antes de los 3 años. Esto sucede por la flexibilidad natural de sus pies y porque tienen mucho tejido adiposo (graso) hasta esta edad. El pie plano que no causa dolor ni problemas al caminar no necesita corrección con plantillas u otros aparatos. De hecho, una revisión importante de estudios científicos (Cochrane, 2022) confirmó que no hay evidencia que justifique usar plantillas para tratar el pie plano en niños que no tienen dolor.
El pie se desarrolla mejor caminando descalzo. Por eso, debemos dejar que los niños anden sin zapatos el mayor tiempo posible. En el caso del pie plano si el niño tiene dolor de pie intenso que no mejora o desgastan sus zapatos muy rápido, deben acudir a evaluación ortopédica para optimizar su manejo. Es fundamental llevar a los niños a sus controles pediátricos periódicos. El pediatra es el primer evaluador de la postura y marcha de los niños. De encontrarse una variante en el crecimiento y desarrollo procederá a referir a su hijo al profesional idóneo que corresponda
Dra. Yesenia Williams Alvarado
Médico Pediatra
