El ciclismo en los últimos años ha tenido un gran auge, tanto recreacional como competitivamente, y así mismo lo han tenido las lesiones asociadas a el. “lo bueno es que muchas de estas lesiones son prevenibles.”
Podemos encontrarnos con fracturas, luxaciones o esguinces (lesiones propias de todos los deportes) pero también con algunas patologías que son inherentes de esta disciplina.
Por lo regular estas lesiones traumáticas se dan por sobreuso debido a un movimiento repetitivo de larga duración o con movimientos inesperados. Me refiero a que nuestras estructuras óseas, ligamentarias y musculares están sometidas a una carga repetitiva, constante y con periodos de recuperación inadecuados.
Cuando el dolor es en las extremidades inferiores
Existen dolencias desde la cabeza hasta los pies, pero vamos a centraremos en las extremidades inferiores.
Es importante para prevenir estos problemas conocer cuales son las principales lesiones que ocurren y sus causas. Entre ellas podemos mencionar: dolor en la rodilla, tendinitis patelar, dolor en las caderas, fracturas por estrés, síndrome compartimental, entumecimiento de los dedos y metatarsalgias. Existen algunas causas propias de cada persona, sin embargo, casi siempre son debido a una combinación de una mala preparación, un equipo inadecuado, una pobre técnica o sobreuso.
Una bicicleta que se adapte a tí
A la hora de escoger nuestra bicicleta es importante tener en cuenta el diseño de la misma y su propósito (carretera o montaña). Debemos asegurarnos de que sea del tamaño adecuado y es primordial ajustar la bicicleta al corredor. Existen algunos sistemas automatizados para este propósito y así poderle ofrecer al ciclista mayor poder muscular y eficiencia, sin embargo, conociendo bien la biomecánica del ciclismo se puede ofrecer un ajuste adecuado de forma manual. Las principales variables del “Fitting” son las siguientes: 1. Tamaño del cuadro 2. Altura y posición del asiento 3. Altura y posición del manillar 4. Largo de la biela 5. Posición de los pies.
Otro punto importante en este mundo son los famosos clips en los pedales, estos nos ayudan a anclar en antepié al pedal y de esta forma ayudamos a que el cuádriceps trabaje en el ciclo del pedaleo a la vez que se reclutan los músculos isquiotibiales. Estos deben colocarse de tal manera que el pie se encuentre en posición neutra y la tibia bien alineada.
Un aspecto muy importante y que muchas veces pasamos por alto es el estiramiento previo al ejercicio. Se recomienda estirar todo el miembro inferior incluyendo los músculos glúteos antes de iniciar a rodar.
En cuanto a la cadencia (numero de veces que el pedal da una vuelta completa en un minuto) debemos ser capaces de mantenernos confortablemente entre 70 y 80 rmp, una cadencia baja se traduce en tensión sobre el miembro inferior y mayor probabilidad de lesiones. Para esto debemos evitar pendientes muy pronunciadas y hacer una adecuada selección de los cambios.
Enfocándonos en la rodilla
Ahora vamos a hablar un poco más especifico e iniciemos por la rodilla. Una de las quejas más frecuentes en los ciclistas es el dolor en la cara anterior de la rodilla. Este puede ser debido a una presión excesiva de la patela o una mala alineación de la misma. Es muy frecuente en personas que suben muchas cuestas o utilizan cambios muy duros o cadencias bajas. Además, juega un papel importante el adecuado “fitting”; Si tenemos la silla muy baja y muy adelante, esto hace que tengamos una mayor presión de la rotula sobre el fémur y mayor incidencia de lesiones.
Luego saltamos a la cadera, la cual puede ser afectada por una bursitis trocantérica (dolor en cara lateral de la cadera) o una tendinitis del músculo iliopsoas (dolor en la ingle), ambas patologías debidas a una tensión en dichas estructuras. Por lo general se debe a una altura del sillín muy elevada.
Aunque no es tan frecuente en algunos pacientes encontramos dolor en la pantorrilla, como ocurre en algunos deportes que tienen más impacto. En estos casos debemos descartar un problema debido a un exceso de intensidad, una fractura por estrés o un síndrome compartimental.
Por último, llegamos al pie y tobillo. En esta zona podemos presenta dolor en el tendón de Aquiles debido a una excesiva y repetitiva dorsiflexión del pie. Esto se da cuando tenemos una inadecuada posición del pie o una mala técnica de pedaleo y/o un sillín muy bajo. Algo que con mucha frecuencia escucho es hormigueos o adormecimiento de los pies, la mayoría de las veces debido a un zapato muy pequeño. Y por último y no menos importante las metatarsalgias debidas al apoyo constante en esta zona, con cadencias bajas y mala posición de los pies.
Si presentas alguno de estos problemas y no es muy intenso puedes intentar bajar la intensidad de la actividad y asegurarte que tengas un buen ajuste personalizado de tu bicicleta. Si a pesar de estas medidas continúan las molestias debes acudir a una consulta especializada de ortopedia. Dependiendo del caso se pueden ofrecer tratamientos conservadores que incluyen: reposo, AINES, infiltraciones, hielo, reducción de la actividad o fisioterapia.
Lo más importante
Para el final dejamos la pregunta más importante
¿Cómo prevenimos estas lesiones?
.
- Verificar correcta alineación y “fitting” de nuestra bicicleta
- Tener el equipo adecuado
- Adecuada técnica de pedaleo y posición del corredor
- Entrenamiento
¿Deseas ver el conversatorio?