En la hermosa ciudad de David, eran las cinco de la mañana y no me refiero a la famosa canción de Juan Luis Guerra, cuando el señor Juan se despertó súbitamente con una molestia en el pecho, lo sentía apretado, como si alguien se le parara encima, no podía respirar y sudaba mucho.
La noche anterior había comido tarde y pensó que era un problema estomacal, se incorpora de la cama y se dirige hacia la cocina, toma un vaso con agua y al tomárselo eructa bastante, se calma porque todo se trata de “gases”; sin embargo, se pregunta a sí mismo ¿por qué tiene ese intenso dolor en el pecho? Juan era hipertenso, pero tenía días sin tomarse la pastilla porque no le dolía la cabeza y solamente la tomaba cuando desarrollaba síntomas.
Se vuelve a acostar, pero ya han pasado 30 minutos después de iniciado el dolor y está intranquilo porque no puede respirar, toma unas almohadas y las coloca debajo de su cabeza para dormir casi sentado, tiene palpitaciones y ese dolor opresivo que no se quita. Su esposa María se despierta y le pregunta qué le pasa y él le pide que le caliente un vaso de leche porque los “gases” no le dejan dormir. Ella va a la cocina a calentarle su vaso de leche, mientras Juan se sienta en el sofá de la sala, en frente del abanico para tomar aire y ahora se siente como atorado con el brazo izquierdo adormecido. María le pide llevarlo al hospital, pero Juan la tranquiliza diciéndole que todo va a estar bien, que vuelva a la cama. Después de 15 minutos se escucha un ruido ensordecedor en la sala, inconfundible, es el sonido de un vaso al romperse, María corre hacia la sala para encontrar a Juan con la mano en el pecho y ya sin vida.
Mientras tanto en la ciudad de Boquete, la señora Rosa De González se despierta temprano, como todas las mañanas a prepararle el desayuno a su esposo Luis y sus dos hijos. Levanta un cubo con agua y se siente débil, mareada y sudorosa. Alcanza a sentarse en una silla cercana para no desmayarse. Dos semanas previas había tenido un dolor en el pecho cuando caminaba al mercadito a comprar las verduras, sus hijos se habían preocupado y le habían conseguido una cita con el cardiólogo en SEDICA (Servicios Especializados en Diagnóstico e Intervención Cardiovascular), pero ella lo había atribuido a su Diabetes tipo 2 que sufre desde hace 5 años, posponiendo la cita en la clínica.
Su hijo Mario encuentra a la señora Rosa en la silla, jadeando con dificultad respiratoria y cuando la interroga, recuerda que mientras estaba en la sala de espera de SEDICA para obtener una cita con el Dr. Alexander Adames, leyó un artículo en el que el Dr. Adames enseñaba a cómo identificar un probable infarto del miocardio y todo lo que padecía su madre en ese momento encajaba con esa patología. Mario despierta a su padre y a su hermano, llevan a la señora Rosa a la policlínica de Boquete y al llegar a Urgencias dentro de los primeros 10 minutos le toman un electrocardiograma.
El médico residente de Medicina Interna, rotando en la Policlínica de Boquete, acude al llamado del médico general, quien con el trazo de electrocardiograma en la mano le dice que la señora Rosa tiene un ¡Infarto Agudo de Miocardio con Elevación del Segmento ST! La familia González se mira entre sí con asombro porque no entendieron eso de la elevación del segmento ST, pero sí claramente que su familiar tenía un infarto agudo del miocardio y la situación era grave.
A pesar de que los nombres que he utilizado en estos dos relatos son ficticios, las historias de ambos pacientes son ejemplos de la vida real.
Hay muchas condiciones médicas que pueden mimetizar un infarto del miocardio o ataque cardíaco. Algunos de esas tienen un signo de algo urgente y otras no. He aquí las más comunes:
1.- La enfermedad por reflujo gastroesofágico es una condición en la cual usted tiene una crónica acidez estomacal. El espasmo esofágico es cuando su esófago, el tubo que lleva la comida desde su boca al estómago, se contrae fuertemente. Cualquiera de estas condiciones puede causar dolor torácico y puede ser difícil de diferenciar de un ataque cardiaco, toda vez que el esófago está ubicado directamente detrás del corazón, dentro del pecho. Si los síntomas que usted está sufriendo son inusuales para la conocida acidez o “gases”, son súbitos y severos, no se avergüence en buscar ayuda médica inmediata. Es mejor buscar tratamiento y conocer que se trata de una acidez que ignorar un potencial infarto del miocardio.
2.- Embolismo pulmonar (coágulo sanguíneo en los pulmones): Algunas formas de dolor de pecho pueden originarse en los pulmones y no en su corazón. Un problema pulmonar tipo embolismo pulmonar puede parecerse a un ataque cardiaco y es igualmente serio. El coágulo sanguíneo en una arteria de los pulmones detiene el flujo de sangre y el tejido pulmonar muere. El paciente refiere predominantemente dificultad para respirar, el dolor de pecho es referido como agudo y punzante, a un costado y empeora con la respiración profunda. Otros síntomas pueden incluir: piel morada (cianosis), mareo, frecuencia cardiaca rápida, presión arterial baja, ansiedad, tos repentina con expectoración sanguinolenta e hinchazón o enrojecimiento en las piernas.
3.- Disección aórtica (rotura en la pared de la aorta): La aorta es la principal arteria que brinda sangre al corazón y el resto del cuerpo. La pared de la aorta está compuesta de tres capas diferentes. Si se presenta una rotura en la capa más interna, la sangre bombeada desde el corazón puede empujar debajo de esta rotura separando una capa de la otra. Esta separación causa un dolor de pecho desgarrante que algunas veces se extiende a la espalda. Este desgarro en la aorta puede extenderse hacia arriba a las arterias carótidas y el cerebro, hacia atrás a las arterias coronarias del corazón o hacia abajo a las arterias de las piernas. La disección aórtica puede causar un derrame, un ataque cardiaco y la muerte.
4.- Dolor musculo esquelético: A veces el dolor de pecho puede ser tan simple como un dolor muscular retráctil y el paciente refiere que le “hala” el pecho. La inflamación en el cartílago que conecta las costillas con el esternón también puede sentirse como un ataque cardíaco.
5.- Desórdenes psicológicos que pueden causar dolor torácico: Los desórdenes de pánico, ansiedad, depresión, estrés emocional u otros pueden causar también dolor torácico. En estos casos el dolor torácico no es relacionado a la angina (verdadero dolor coronario) o causas digestivas, pero puede ser desencadenado por el estrés emocional.
Después de enseñarles algunas causas comunes de dolor torácico no cardíaco usted se preguntará:
¿Qué es un ataque cardíaco?
Un ataque cardíaco sucede cuando una obstrucción completa ocurre súbitamente en una arteria que suple de sangre a tu corazón (una arteria coronaria). Las obstrucciones son causadas por un proceso mórbido en las arterias de su cuerpo conocido como aterosclerosis, en el cual una placa (depósito de grasa) se acumula en las arterias. Esta placa estrecha el lumen de las arterias dejando menos espacio para que fluya la sangre. Una placa puede estar recubierta por una capa fibrosa y delgada que se rompe. Con la ruptura, se expone el material aterosclerótico al torrente sanguíneo y causa que las plaquetas y los glóbulos rojos se conglomeren en el sitio de la ruptura impidiendo el flujo dentro de la arteria llevando a la falta de oxígeno al músculo cardíaco conocido como isquemia.
Su corazón es un músculo. La sangre transporta el vital oxígeno y los nutrientes para el músculo cardíaco y si no recibe nada de sangre el músculo cardíaco empieza a morir o infartarse. De esta manera cada segundo cuenta cuando se trata del tratamiento del ataque cardíaco. Una obstrucción extensa, especialmente en un vaso sanguíneo mayor, tal como la arteria descendente anterior izquierda, puede causar un infarto extenso.
Los infartos extensos que no son tratados tempranamente pueden llevar a la muerte por arritmias y de sobrevivir el paciente lo lleva a falla cardíaca. El riesgo de muerte dentro de los primeros 5 años de haberse diagnosticado la falla cardíaca puede ser del 50% o más, peor que algunos tipos de cáncer.
Es mejor asistir a un hospital y saber que usted no está teniendo un ataque cardíaco a quedarse en casa teniendo uno. Esto es porque las consecuencias de un ataque cardíaco no tratado son devastadoras. Si sus síntomas persisten por más de 20 minutos, usted está en mayor riesgo de que las células del músculo cardíaco mueran.
Es crítico para usted que reciba una atención médica inmediata. Para recibir el mejor cuidado usted tiene 90 minutos desde el inicio del ataque cardíaco para que un cardiólogo intervencionista (cardiólogo especialista en infarto) le restaure el flujo al corazón antes de que el tejido cardíaco muera o se deteriore.
Ya sabemos que el primer paciente (el señor Juan) no supo reconocer los síntomas del infarto y que probablemente tuvo un infarto extenso que le causó la muerte. Para que usted incremente sus oportunidades de sobrevivir a un infarto debe reconocer estos síntomas y buscar ayuda prontamente.
Estos síntomas de un ataque cardíaco son:
1.- Muchos ataques cardíacos causan una incomodidad en el centro del pecho que dura más de 20 minutos o que va y viene, el paciente lo siente como una presión no confortable, como plenitud o aplastamiento. Sin embargo, no todos los ataques cardíacos vienen precedidos por dolor torácico.
2.- Otros síntomas del ataque cardíaco incluyen; molestia en otras áreas de la parte superior del tórax, uno o ambos brazos, la espalda, cuello, mandíbula o estómago; dificultad para respirar; palpitaciones, náuseas, vómitos, mareos, sudoración fría o dolor abdominal. Estos otros síntomas del infarto del miocardio suelen ser más frecuentes en las mujeres como la Sra. Rosa y pueden ocurrir sin dolor de pecho. Los diabéticos y los adultos mayores pueden también experimentar síntomas atípicos.
La angina es el dolor de pecho causado por una falta de flujo sanguíneo al corazón debido a un estrechamiento en las arterias coronarias. Comúnmente es el resultado de enfermedad arterial coronaria. La angina ocurre cuando el corazón no está adquiriendo tanto flujo sanguíneo como el que necesita para bombear adecuadamente. La angina que aumenta en frecuencia, con menores niveles de actividad, en reposo o que no se alivia al descansar se conoce como angina inestable. La angina inestable requiere atención médica inmediata porque es el primer signo de un ataque cardíaco.
Si usted puede, ante la presencia de una angina inestable, mastique una tableta de aspirina. Esto le ayudará a disminuir la formación del coágulo sanguíneo mientras espera para que llegue la ambulancia o sea llevado a un centro médico.
La Sra. Rosa fue trasladada inmediatamente al Hospital Regional Rafael Hernández (HRRH) porque tanto el médico general como el médico residente sabían que requería un tratamiento coronario inmediato. Durante mis 6 años en el HRRH hice cientos de procedimientos coronarios en pacientes con ataques cardiacos y se fundamentó un conocimiento de superioridad de la angioplastia coronaria sobre el tratamiento médico conocido como trombolisis, que consiste en la administración intravenosa de una sustancia que disuelve el coágulo que está ocluyendo la coronaria pero que pone en riesgo de sangrado al paciente. Al llegar la Sra. Rosa al Cuarto de Urgencias del HRRH se le presentó al cardiólogo de turno y con la aprobación del médico administrativo se trasladó prontamente al Hospital Chiriquí por ser un hospital con capacidad para realizar estos estudios intervencionistas y estar a menos de dos horas del hospital índice, salvándole la vida. Es decir, si usted o un familiar acuden a un centro médico con un ataque cardiaco y le recomiendan trasladarlo a la capital para un cateterismo cardiaco con angioplastia, esta recomendación es infundada toda vez que estos nosocomios están a más de 2 horas de distancia y su riesgo de morir se incrementa exponencialmente al avanzar el tiempo de infarto.
Al llegar al Hospital Chiriquí la enfermera lo preparará y le dará las instrucciones del estudio. Se le darán previo al procedimiento medicamentos orales como la aspirina, el clopidogrel, nitratos para aminorar el dolor de pecho o morfina si es muy intenso y medicamentos para que se relaje. Se le pondrá oxígeno por vía nasal. Se le extraerán muestras sanguíneas para evaluar el daño cardiaco (conocidas como enzimas cardiacas), pruebas de función renal, hemograma completo y pruebas de coagulación.
Un angiograma o cateterismo cardiaco usualmente demora 45 minutos a una hora. Antes del procedimiento la enfermera le habrá tomado una vena para insertar una línea intravenosa que le permitirá recibir fluidos y medicamentos fácilmente.
Durante el cateterismo cardiaco usted estará acostado sobre una mesa, estará sedado levemente, pero despierto durante todo el procedimiento. Como cardiólogo intervencionista entrenado desarrollamos el procedimiento en un área conocida como Laboratorio o Sala de Hemodinámica que está equipada especialmente para el procedimiento; el Hospital Chiriquí cuenta con la única sala de Hemodinámica capacitada con la última tecnología en el interior de la república.
Después que usted está relajado, le administraremos con una aguja pequeña un anestésico local para adormecer el área en la ingle o la muñeca. Este pinchazo con el anestésico será el único dolor que tal vez sienta durante todo el procedimiento, toda vez que el mismo es típicamente indoloro.
La arteria femoral en la ingle, es uno de los vasos sanguíneos más utilizados para insertar un catéter introductor (tubo flexible que es más pequeño que el vaso sanguíneo) y que funcionará como punto de acceso para el avance de otro catéter más largo dentro de los vasos sanguíneos hasta llegar al corazón para realizar el cateterismo cardiaco. Como las arterias no poseen nervios, usted no sentirá dolor al pasar el catéter dentro de los vasos sanguíneos. En lugar de la arteria femoral puedo utilizar la arteria radial en la muñeca para realizar este estudio, este acceso está ganando terreno y gran aceptación entre la comunidad médica y le brinda más comodidad al paciente en la recuperación, toda vez que se asocia a menos hematoma del sitio de punción.
Un equipo sofisticado de Rayos X conocido como angiógrafo nos ayudara a guiar el catéter hasta el corazón. Cuando el catéter está adecuadamente posicionado inyectaremos un medio de contraste a través del catéter para opacificar las arterias coronarias. Muchas personas no sienten la inyección del medio de contraste. Sin embargo, algunos refieren molestias menores, típicamente duran unos segundos en el pecho. Como dijimos cuando el haz de rayos X pasa a través del contraste las arterias se ven opacas o negras sobre un fondo blanco. Si usted tiene obstrucciones ellas aparecerán como áreas blancas y el diámetro de la arteria será menor en ese punto. El estudio se graba como una película en un medio digital para su evaluación durante el procedimiento y después se le entregará en un CD para sus archivos.
El cateterismo cardíaco nos permite a los cardiólogos intervencionistas identificar la calidad del flujo sanguíneo, la forma, el tamaño y la longitud de las obstrucciones; de esta manera nos provee de información vital para planificar el mejor abordaje. Si el C muestra obstrucciones significativas (más del 70% de la luz del vaso) le realizaremos inmediatamente un procedimiento intervencionista conocido como angioplastia que consiste en introducir un pequeño balón en el sitio de la obstrucción para dilatar el vaso sanguíneo y permitir que el flujo sanguíneo fluya adecuadamente. En la mayor de los casos es necesario implantar en la obstrucción una endoprótesis o stent (tubo metálico) para permitir un permanente andamiaje o apertura de la estenosis.
Cuando el procedimiento está completo, el catéter es removido y utilizamos un dispositivo de cierre en el sitio de punción. Le pediremos que no movilice o flexione la pierna o la muñeca por 4 a 6 horas. Se continuará su manejo en la Unidad de Cuidados Intensivos hasta que su condición este estable y luego de 5 a 7 días se egresará de manera segura a su casa.
Los infartos agudos del miocardio o ataques cardíacos son la principal causa de mortalidad a nivel mundial y esperamos haberle dado los elementos para reconocerlos, buscar ayuda inmediata y solicitar la realización de un procedimiento intervencionista para salvar su vida o la de su familiar.