Los 5 minutos del terror
El trastorno de pánico es un evento inesperado de ansiedad extrema, irracional, muy desagradable para quien que lo sufre.
Descrito también como «terror», es transitorio porque dura entre 5-10 minutos y está caracterizado por síntomas somáticos como palpitaciones, sudoración, cefalea, dificultad para respirar, calambres, mareos, náuseas, molestias gastrointestinales, miedo a perder el control o cordura, sensación de que la persona se va a morir. Son narrados por el paciente con gran magnitud. Tal es el momento que el individuo NO puede funcionar en sus actividades durante esos minutos, que él considera eternos.
La incidencia de esta psicopatología se da tanto en hombres como mujeres. Predomina en un 3% de la población.
La persona que presente este cuadro clínico, por lo general queda en el cuarto de urgencia o con su médico de cabecera para ser examinado y estudiado. Los resultados se obtendrán dentro de límites normales. Es allí cuando el clínico lo refiere para atención especializada, ya que, de no recibir el tratamiento adecuado, estos cuadros se repetirán con mayor frecuencia.
¿Cómo se trata el Trastorno de Pánico?
El Pronóstico del Trastorno de Pánico inicialmente es bueno. El tratamiento está dado por psicofármacos y psicoterapia. Sin embargo, a medida que pasa el tiempo y no sea tratado, hay otras afectaciones emocionales consecuencias de este, porque el individuo progresivamente puede perder seguridad y autocontrol, está inseguro para funcionar en lo que siempre había realizado, se lastima su autoestima, se desanima y puede llegar concomitantemente, a deprimirse en una etapa más tardía.
Herencias y medio ambiente que dan pánico
Dentro de las causas, en la actualidad encontramos estudios que apuntan a la carga genética del individuo con la interacción del ambiente en el que se desarrolla. Es decir, cada persona tiene una vulnerabilidad dada por su herencia, que ante estresores externos de gran trascendencia detonarán la expresión genética de todas las enfermedades, incluyendo las mentales.
El ambiente del individuo es un factor gatillante, esto incluye las experiencias dolorosas, caóticas, que condicionan al sufrimiento, el estrés y al pésimo estilo de vida.
Neurobioquímicamente la alteración del equilibrio de los neuroreceptores se observa clínicamente como los diferentes cuadros psicopatológicos.
El Trastorno de Pánico se diferencia de las fobias, porque en ellas hay una especie de «rechazo», «aversión» o «miedo» a una condición o cosa específica. Por ejemplo: claustrofobia, aracnofobia, homofobia, entre otros.