La glándula de tiroides es una glándula neuroendocrina, situada debajo de la manzana de Adán, que puede pesar entre 15 y 30 gramos en el adulto, su función es regular el metabolismo del cuerpo, es productora de proteínas y regula la sensibilidad del cuerpo a otras Hormonas
La afección principal de esta glándula son los llamados nódulos tiroideos. Siendo el problema clínico común y constituyendo la alteración tiroidea más frecuente, con una incidencia que aumenta con la edad. Es un diagnóstico desconocido para muchas personas, el doctor Rubén Rivera nos expone de que trata esta enfermedad, síntomas son sus causas, síntomas y tratamiento.
¿Qué es un nódulo tiroideo ?
El nódulo o adenoma tiroideo es definido como una lesión solitaria, encapsulada, con una arquitectura interna uniforme y diferente del parénquima que rodea y que comprime al parénquima adyacente. Varían de tamaño desde unos pocos milímetros de 8 a 10cm de diámetro.
Ocurren entre un 15 y 20% de la población adulta, pero pueden llegar hasta el 60% y por palpación entre 10 y 41%. La prevalencia se incrementa con la edad y el 90% de los casos se pueden encontrar en mujeres mayores de 60 años. La incidencia de malignidad de forma general es de 50 por millón en la población, el reto es determinar si el nódulo es de carácter benigno o maligno.
¿Qué causa un nódulo tiroideo?
La causa de la aparición de nódulos tiroideos es multifactorial. Se encontraron algunos factores de estimulación de la proliferación de células foliculares como interleucinas, IGF-1, factores de crecimiento derivados de fibroblastos y de crecimiento epidérmico; pero el de mayor importancia es la hormona estimulante de tiroides. Otros factores ambientales relacionados con la prevalencia del hijo son la deficiencia de yodo, historia de tabaquismo, historia de exposición a radiación ionizante, embarazo o ingestión de bociógenos naturales.
¿Qué síntomas producen un nódulo tiroideo?
La mayoría de los nódulos no presentan ningún síntoma, salvo aquellos nódulos grandes que pueden tener presión contra otras estructuras en el cuello, provocando síntomas como:
- Bocio o una glándula tiroides agrandada o tumoraciones en el cuello, ronquera o cambio de la voz, dolor en el cuello, dificultad respiratoria, dificultad para deglutir.
Existen nódulos que producen hormonas tiroideas y probablemente provocan síntomas conocidos como hipertiroidismo:
- Piel pegajosa y fría, pulso acelerado, aumento del apetito, nerviosismo, inquietud, rubor o sofoco de la piel, pérdida de peso.
Así mismo, estas sintomatologías no son del todo específico para el nódulo tiroideo, un buen diagnóstico diferencial determinado su existencia.
¿Cómo se detecta o diagnostica un nódulo de tiroides?
Como la mayoría de los nódulos son asintomáticos, se encuentran solo durante un examen físico de rutina o exámenes imagenológicos que se realizan por cualquier otra razón. Sin embargo, los nódulos tiroideos que son tan grandes que sufrieron durante un examen físico en pocas personas.
Si durante un examen físico de rutina o si usted tiene síntomas de tener uno, puede hacer los siguientes exámenes:
- Nivel de la hormona Tiroideas y Estimulante de la Tiroides (T 3, T 4 y TSH) y otros exámenes de sangre para la tiroides.
- Ecografía de tiroides.
- Centelleo de la tiroides ( hoy en día ha caído en desuso ).
- Biopsia por aspiración con aguja fina.
El ultrasonido es el método de elección, luego de un examen físico e historia clínica completa, para el diagnóstico de un nódulo de tiroides. Permite la identificación en tiempo real de estructuras desde 2 mm de diámetro, por este método se identifica nódulos adicionales en un 20 a 50% de los pacientes a quienes se les han detectado solo uno nódulo por palpación.
Aunque el ultrasonido no es un estudio que puede determinar de manera contundente la presencia de malignidad, se han especificado algunas características específicas que se asocian a un cáncer de tiroides. Las cuales se describen en los ultrasonidos de la siguiente forma:
Vascularidad : Un nódulo hipervascular (alto flujo sanguíneo) con flujo intranodular tiene alta probabilidad de malignidad en un 42%
Microcalcificaciones : Se observan en el 29 un 50% de las lesiones malignas.
Hipoecogenicidad : Los nódulos flexibles son específicos, según el tejido tiroideo circundante, en isoecoicos, hiperecoicos e hipoecoicos. El cáncer tiroideo se observa como lesión hipoecoica severa en un 62 a 87% de los casos.
Contenido : Los nódulos malignos son especialmente difíciles, mientras que aquellos predominantemente quísticos (> 50%) tienen un menor riesgo de malignidad que llega a ser tan bajo como 1% en los puramente quísticos.
Si alguna de estas características aparece en su ultrasonido de tiroides debe ser rápidamente modificado por su médico cirujano.
Punción de la tiroides con aguja Fina
En la actualidad, la biopsia o punción por aspiración con aguja fina (BAAF o PAAF) considera un método confiable y seguro, así como el mejor método costo – efectivo para distinguir entre el nódulo tiroideo maligno y benigno. Su uso ha permitido disminuir el número de controles quirúrgicos en el manejo de la enfermedad tiroidea nodular. La mayoría de los nódulos detectados clínicamente pueden ser aspirados directamente sin la ayuda de ultrasonido; sin embargo, el ultrasonido es el mejor método para aumentar la cantidad de material obtenido para la interpretación citológica y se considera esencial en algunos casos. Se recomienda realizarla en todos los nódulos con datos sugestivos de malignidad y comentarios.
El estudio se realiza con una aguja calibre fino, con el paciente recostado y el cuello en hiperextensión. Previa limpieza del cuello se hacen de 2 a 3 punciones con una jeringa de 10-20cc unida a la aguja usando succión. Con el material aspirado se hace un frotis que se fija con alcohol, sé tiñe y se interpreta por el patólogo. Este procedimiento se puede realizar fácilmente en el consultorio. En general, se realizan de 2 a 4 aspiraciones de diferentes sitios del nódulo. En manos experimentales, se obtiene muestra adecuada en el 90 y 97% de las aspiraciones de nódulos resistentes, siendo más difícil en nódulos que tienen degeneración quística extensa. En estas últimas, debe aspirarse completamente el contenido líquido y enviarse al citopatólogo.Los diagnósticos posibles que se pueden obtener son:
- Benignas 70% – Malignas 5%
- Sospechosas 10% – No diagnostósticas 10-20%
- Falsos negativos 5% – Falsos positivos <1-7%
Centelleo o Gammagrafía Tiroidea
El uso de la gammagrafía tiroidea fue una práctica de rutina hasta la introducción del BAAF. La gammagrafía es más costosa y menos específica que el ultrasonido en la detección de lesiones malignas. Sin embargo, es la única técnica que permite la evaluación de la función tiroidea residual y la detección de áreas de tejido tiroideo funcionante autónomo.
¿Cuáles son los tratamientos específicos para los nódulos tiroideos?
El tratamiento dependerá de las características en los estudios previos requeridos del nódulo tiroideo:
Nódulos malignos: se debe realizar tiroidectomía radical total o casi total con disección ganglionar del compartimiento central. En nódulos con informe citológico «sospechoso» o «indeterminado» se debe realizar hemitiroidectomía con estudio transoperatorio o tiroidectomía casi total.
Nódulos Benignos:
-Observación , si crece o no cambia de tamaño debe ser alguna vez a una nueva BAAF a los 12 meses.
-Tratamiento supresivo con hormonas tiroideas en pacientes sin contraindicaciones.
-Radioyodoterapia en nódulos autónomos o tóxicos
¿En qué consiste la cirugía de la tiroides?
El procedimiento consiste en:
- Una incisión en la mitad del cuello de 3 a 4 pulgadas, exactamente encima de la glándula tiroides o también se puede hacer una incisión más pequeña de 2 pulgadas.
- A través de la incisión, se retira toda la glándula o solo parte de ella, con el cuidado de no dañar los vasos sanguíneos y nervios en el cuello.
- Se coloca una sonda pequeña (catéter) en el área para ayudar a drenar sangre y otros líquidos que se acumulan. El drenaje se retirará en 1 o 2 días, posteriormente las incisiones se cierran con suturas.
¿Qué riesgos debo considerar en la cirugía?
Los riesgos de una cirugía de tiroides comienzan desde el momento de la colocación de la anestesia hasta que el paciente se va a su casa, pero en un número mínimo de casos de casos se pueden presentar, sangrado, infección, lesión a los nervios de las cuerdas vocales y la laringe, ronquera, tos, problemas para tragar o problemas para hablar después de la cirugía. Estos problemas pueden ser leves o graves, dificultad respiratoria, lo que es poco frecuente y casi siempre desaparece en varias semanas o meses después de la cirugía;Sangrado y posible obstrucción de las vías respiratorias, una trayectoria aguda en los niveles de la hormona tiroidea (solo por el tiempo de la cirugía), lesión a las glándulas paratiroideas (las pequeñas glándulas cerca de los tiroides) o su riego sanguíneo, lo cual puede causar niveles de calcio bajos en la sangre, demasiada secreción de hormona tiroidea (crisis hipertiroidea). Si usted tiene una glándula tiroidea hiperactiva, tratar con medicamentos.
El Nódulo tiroideo hoy en día es para el cirujano una patología que tiene múltiples aristas tanto diagnóstica como terapéuticamente hablando. Se requiere de una adecuada integración de muchos servicios y además una relación muy estrecha médico – paciente.
Es importante por esto también educar a la población para que acuda de forma temprana a su médico y de esta manera ser referido al especialista indicado. Para que sea tratado de forma adecuada.
Por el doctor Ruben Rivera Especialista en Cirugia General y Laparoscopia