En la evaluación de una pubertad precoz debemos realizar una radiografía de la mano izquierda que conocemos comúnmente como edad ósea, y que nos va a reflejar la edad biológica o interna de cada individuo (en cuanto a madurez hormonal sexual). Normalmente se requieren de 3 a 4 radiografías durante toda la evolución: al momento del diagnóstico, luego de 1 a 2 para evaluar el éxito del tratamiento, y una para decidir la finalización del mismo. Es habitual también realizar ultrasonidos de la región pélvica, y según sea el caso, también estudios de imagen cerebral.
Por la Dra. Cristina González Niño
Especialista en Endocrinología Pediátrica
Chiriquí