El Reflujo gastroesofágico es el paso involuntario del contenido gástrico hacia el esófago, el cual puede ser fisiológico o patológico. El Reflujo fisiológico es el que experimenta de manera habitual la mayoría de los lactantes en los primeros meses de vida, hasta su primer año, suele ser asintomático y acompañado de regurgitación.
La Enfermedad por Reflujo Gastroesofágico es la que se relaciona con manifestaciones gastrointestinales típicas, intraesofágicas, extraesofágicas, generales o sistémicas. En estos casos pueden presentarse complicaciones como Estenosis esofágica, esofagitis, apnea obstructiva, hiperreactividad bronquial y episodios de broncoaspiración.
Existen varias líneas de defensa que impiden el reflujo gastroesofágico y el daño consiguiente. Estas son: las barreras antirreflujo ( esfínter esofágico inferior, hiato diafragmático y ángulo de His); el aclaramiento esofágico, que es la capacidad del esófago de aclarar el contenido ácido para que tenga menos tiempo de contacto con la mucosa esofágica; la resistencia de la mucosa esofágica, que actúa como barrera contra el material refluído; y la naturaleza del material refluído.
Cuando algunas de estas líneas de defensa son superadas se desarrolla la enfermedad.
Manifestaciones
Los síntomas típicos de un paciente con Enfermedad por Reflujo Gastroesofágico dependen de la edad. En los lactantes, generalmente, se observa: irritabilidad marcada, regurgitación, llanto constante, vómitos, rechazo a la alimentación, alteración en su patrón de sueño; en niños más grandes, hay dolor retroesternal, alteraciones en la conducta alimentaria, escasa ganancia de peso y talla, sensación de reflujo, odinofagia y sialorrea.
También, existen síntomas no tan típicos a tener en cuenta, cuyas manifestaciones son generalmente extraesofágicas: tos crónica, asma de difícil control, tomar posiciones específicas como la posición de Sandifer, episodios de ahogamiento, síntomas obstructivos respiratorios, disfonía, erosiones dentales, sinusitis crónica, otitis crónica.
La manera de diagnosticar el Reflujo gastroesofágico es a través de la historia clínica dada por la madre o cuidador del niño. Los estudios complementarios apoyarán el diagnóstico. Existen estudios como la phmetría, que determina la presencia de reflujo ácido del no ácido, y la Endoscopia digestiva alta, con toma de biopsias de esófago para evidenciar complicaciones como Estenosis y Esofagitis.
¿Qué hacer?
Dentro del tratamiento se encuentran las medidas generales como: colocar al niño en decúbito lateral izquierdo sobre el colchón duro y con elevación de la cabecera de la cuna.
En cuanto a las recomendaciones dietéticas, las fórmulas antirregurgitación se recomiendan en los niños regurgitadores con pérdida de peso, pero no para los que padecen Enfermedad por Reflujo Gastroesofágico, quienes se benefician del tratamiento farmacológico.
En los niños con Enfermedad por Reflujo Gastroesofágico están indicados medicamentos antiácidos, inhibidores de bomba de protones y agentes de barrera. En casos graves, el tratamiento quirúrgico es la opción definitiva.
Por la Dra Kira Alvarado
Gastroenteróloga Pediatra
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