Actualmente nuestros dedos de los pies están sufriendo transformaciones día a día y pueden ser por causas externas o internas. Síntomas que van desde el dolor hasta apariencia estética de nuestros pies, son los principales motivos de la consulta diaria.
Estando en la playa, al momento de probarse zapatos en una tienda o con sus familiares en casa, seguro usted ha observado pies cuyos dedos están doblados en una dirección particular, pueden verse raros o doler, y casi siempre se afectan los cuatro dedos pequeños y no el dedo gordo.
De forma científica son denominadas deformaciones, pueden ser de carácter congénito, pero más frecuentemente son adquiridas con el tiempo. Aunque estas manifestaciones de los pies muchas veces se engloban en la boca de las personas como “dedos en martillo”, en verdad, se clasifican con sus especificidades.
La gama de dedos que pueden dibujarse en los pies afectados se clasifica así: en Garra, Martillo, Maza, Braquimetatarsia (dedo corto), Dedo Cruzado, Callos y Juanete del dedo pequeño. Su incidencia es de 20% en la población, siendo los más recurrentes los martillo y en garra.
Como síntomas aparte de lo más evidente que es la forma, suelen traer callos o hiperqueratosis en las zonas de mayor roce, a su vez, el dolor en los metatarsos (huesos de los dedos) está presente y se denomina metatarsalgia.
Dado que necesitamos los pies para movernos, y como sostén, es vital corregir o mejorar esta situación por medio del uso de plantillas ortopédicas personalizadas, e incluso con intervención quirúrgica. En los casos más graves, estos problemas de los pies pueden afectar el equilibrio y dar dificultades para caminar.
La causa más común de estos problemas con los dedos de los pies son los zapatos apretados. Usar zapatos apretados puede hacer que los músculos de los dedos de los pies se desequilibren. Si un zapato obliga a un dedo del pie a estar flexionado por demasiado tiempo, los músculos se tensionan y los tendones se acortan o contraen.
Estos problemas son comunes en los adultos. Con menor frecuencia, están vinculados con afecciones como diabetes, artritis reumatoide, ataque cerebral o una lesión del pie o tobillo.
Deformidades más comunes
Los dedos de los pies en martillo, garra y maza son los que están doblados en una dirección particular. Profundicemos un poco en sus detalles.
Un dedo del pie en martillo se dobla hacia el suelo en la articulación media del dedo, lo cual hace que se eleve. Suele perjudicar al segundo dedo del pie, a menudo ocurriendo junto al juanete (aumento de tamaño del hueso o el tejido alrededor de la articulación de la base del dedo gordo).
El dedo del pie en garra suele afectar los cuatro dedos más pequeños al mismo tiempo. Los dedos del pie se doblan para arriba en la articulación donde los dedos se unen con el resto del pie, hacia abajo en las del medio y en las articulaciones más cercanas a la punta de los dedos.
Un dedo del pie en maza se dobla hacia abajo en la articulación próxima a la punta del dedo. A menudo afecta al segundo dedo, pero también puede ocurrir en los otros.
Dedo cruzado: es una condición en la cual el segundo dedo del pie se desplaza hacia el dedo gordo y eventualmente lo cruza y se posiciona sobre él.
Dedos Cortos (Braquimetatarsia): es una anomalía congénita del pie que se produce como consecuencia de una deficiencia en el desarrollo y crecimiento de los metatarsianos
Soluciones
El tratamiento inicial se basa en evitar los calzados estrechos y puntiagudos, y utilizar dispositivos ortopédicos que intenten reducir la deformidad. Sin embargo, Puede que se tenga que recomendar el tratamiento quirúrgico en función del tipo de deformidad.
Para deformidades menores y menos rígidas se aplicarán intervenciones percutáneas, dejando las intervenciones abiertas para deformaciones importantes, muy rígidas o en las que haya que acortar el dedo. En ocasiones es necesaria la colocación de alambres, también denominadas agujas de Kirschner, dispuestas de forma temporal.
En casa
Es probable que pueda tratar el problema articular de los dedos de los pies en su hogar. Si comienza de inmediato, tal vez pueda evitar cirugía. Algunas de las recomendaciones médicas serán: cambiar el calzado optando por los de punta amplia, tacones bajos y buen soporte para el arco, las sandalias o zapatillas deportivas son una buena opción, incluya la prueba con calzado hecho a la medida.
Utilice productos que protejan los dedos del pie o que mantengan el pie en una posición más cómoda como: parches de fieltro, tubos para los dedos de los pies, soportes para el arco o plantillas para los pies.
Cuídese cualquier callo o callosidad que tenga en los pies. Los parches de fieltro y otros tratamientos de venta libre pueden ayudar a aliviar el dolor. Nunca corte callos ni callosidades porque puede conducir a una infección.
Las capuchas, cabestrillos o férulas para dedos de los pies son útiles porque los mantienen en una posición normal. Además, añada ejercicios para los pies con el fin de mantener flexibles y fuertes sus articulaciones.
Si el dolor no se va o empeora luego de varias semanas de tratamiento en el hogar, o si aparecen llagas, consulte al médico de inmediato para recibir nuevas indicaciones.
¿Cuándo hay que operar?
Se opera en casos graves, por ejemplo, si el dolor no cesa, si la patología del dedo restringe la actividad cotidiana, o si no puede mover la articulación del dedo del pie.
En problemas de dedos de los pies fijos, los médicos a menudo operan los huesos. En el caso de dedos flexibles se sanan moviendo los tendones para liberar la tensión en la articulación y dejar que el dedo del pie se enderece.
Ortopeda y traumatólogo de Pie y Tobillo
David, Chiriquí