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Las hernias y los hidroceles de la región inguinal se encuentran entre los trastornos congénitos más comunes que atienden los médicos y cirujanos pediatras.
Incidencias:
La incidencia se aproxima del 1 al 5 %.
Son más frecuentes en niños que en niñas en una proporción de 8 – 10:1
Los lactantes de pretérmino tienen un riesgo muy elevado para el desarrollo de hernias inguinales que puede ser hasta de 30 %
Enfermedades y trastornos concurrentes:
Los pacientes con fibrosis quística poseen una tasa hasta del 15% de hernia inguinal.
Los lactantes con trastornos de la formación del tejido conjuntivo (síndrome de Ehlers-Danles) y mucopolisacasidosis (síndrome de Hunter – Hunles) tienen así mismo mayor riesgo de desarrollar hernia inguinal.
Los niños con luxación congénita de cadera, los sometidos a diálisis peritoneal crónica, los lactantes de pretérmino con hemorragia intraventricular y los niños con mielomeningocele que requieren derivaciones ventrículo peritoneales, también tienen una frecuencia mayor de hernia inguinales.
HIDROCELE:
Pueden ser comunicantes y no comunicantes: Los primeros, que indican comunicación con la cavidad peritoneal, son hernias y deben tratarse como tales.
Los hidroceles no comunicantes pueden estar presentes al nacimiento o desarrollarse meses o años después, sin una razón obvia. No está indicado ningún tratamiento.
COMPLICACIONES DE LA HERNIA
Incarceración y estrangulación
Se desarrolla una hernia incarcerada, cuando se imposibilita la reducción del contenido del saco. (casi siempre intestino en el paciente masculino y ovario, trompa de falopio o intestino en el femenino), de manera no quirúrgica hacia la cavidad peritoneal. La incarceración se presenta con mayor frecuencia en los lactantes menores de un año.
Los síntomas de incarceración incluyen irritabilidad grave, dolor abdominal tipo cólico y vomito ocasional.
Los hallazgos físicos incluyen una masa firme en la ingle afectada. La tumoración puede estar presente sólo en la ingle o extenderse hasta el escroto.
Tratamiento:
En el caso de los pacientes prematuros, los cuales tienen una incidencia mayor de hernias y riesgo aumentado de incarceración y estrangulación, es recomendable que la cirugía se efectué antes del alta hospitalaria.
En los lactantes que presentan cuadro de incarceración de la hernia, lo deseable es efectuar la reducción manual con ayuda de analgesia y sedación, efectuándose la cirugía al mejorar la inflamación.
Los pacientes con hernias que no presentan problemas, deben ser programados y operados de forma electiva.