x
26 Sep

¿Alguna vez te has sentido atascado en el sufrimiento o la frustración porque las cosas no salen como esperabas, o porque sientes emociones difíciles que no quieres tener? La Aceptación Radical es una herramienta poderosa que nos ayuda a salir de ese ciclo. En pocas palabras, significa aceptar la vida y nuestras emociones tal como son en este momento, sin luchar contra ellas. Sin embargo, esta sería la primera parte, porque luego sigue el movilizarte al cambio.


Este concepto, popularizado por la maestra Tara Brach en su libro Aceptación Radical, y utilizado en terapias como la Terapia Dialéctica Conductual (DBT) de Marsha Linehan, se basa en una idea fundamental: nuestra resistencia al dolor es lo que lo convierte en sufrimiento. Cuando nos negamos a aceptar algo, ya sea una emoción, una situación o incluso una parte de nosotros mismos, solo hacemos que el malestar crezca. O como señala Thomas R. Lynch, creador de la Terapia Dialéctica Conductual Radicalmente Abierta (RO DBT):

“no solo debemos dejar de luchar contra la realidad, sino desafiar activamente tus propias percepciones de la misma; te imaginas estar ante una situación difícil como la pérdida de un trabajo y no solamente aceptarlo radicalmente, ¿sino atreverte a desafiar el miedo y exponerte a situaciones que te incomoden para avanzar más rápido en tu proceso? Sería genial!


¿Por qué es tan importante la Aceptación Radical?


Reduce el sufrimiento inútil: A menudo, nos criticamos duramente o sentimos que “hay algo malo en mí”. Esta autoexigencia nos aísla y nos hace sentir solos. La Aceptación Radical nos ayuda a liberarnos de esa carga, permitiéndonos ser más amables con nosotros mismos.


Nos ayuda a avanzar: No significa que estemos de acuerdo con lo que nos duele o que no queramos cambiar. Es más bien como reconocer dónde estamos parados para poder dar el siguiente paso. Como decía el psicólogo Carl Rogers, “cuando me acepto a mí mismo tal como soy, es precisamente cuando puedo cambiar”.


Mejora nuestras relaciones: Nos ayuda a ser más auténticos y a conectar mejor con los demás, mostrando humildad y disposición a aprender. También nos enseña a validar los sentimientos de los otros, incluso si no estamos de acuerdo con sus acciones, lo que fortalece nuestros lazos.
Nos hace más fuertes emocionalmente: Al dejar de luchar contra las emociones difíciles, aprendemos a manejarlas mejor y a recuperarnos más rápido de los momentos de estrés.

¿Cómo podemos practicarla en el día a día? Aquí te dejamos algunas técnicas sencillas:


• Atención Plena: Se trata de prestar atención al momento presente sin juzgar. Puedes probar a observar tu respiración, tus pensamientos o las sensaciones de tu cuerpo, como una “exploración corporal”. Esto te ayuda a notar lo que está sucediendo sin reaccionar automáticamente.


• La Pausa Sagrada: Cuando sientas una emoción fuerte o un impulso, detente por un momento antes de reaccionar. Respira y observa lo que sientes en tu cuerpo. Esto te da espacio para elegir una respuesta más útil.


• “Decir Sí” a la Experiencia: En lugar de intentar reprimir un pensamiento o sentimiento (como el miedo o la tristeza), permíteles estar. Puedes decirte a ti mismo: “Ahora mismo siento ansiedad”. Esto no significa que te guste, solo que lo reconoces como parte de tu experiencia actual.


• Media Sonrisa y Manos con Buena Disposición: Son ejercicios corporales sencillos. La media sonrisa implica relajar el rostro y dibujar una ligera sonrisa, mientras que las manos con buena disposición consisten en relajar los hombros y abrir las palmas de las manos. Estas posturas pueden ayudar a calmar el cuerpo y la mente, incluso en momentos de malestar.


• Compasión y Autocompasión: Trátate a ti mismo con la misma amabilidad y comprensión que le ofrecerías a un buen amigo que está sufriendo. Reconoce que todos somos humanos y que cometer errores es parte de la vida. También puedes extender esa compasión hacia los demás.


• Autoindagación: Pregúntate a ti mismo, con curiosidad y sin juzgar, “¿Qué es lo que necesito aprender de esta situación o de esta emoción?”. Es una forma de explorar tus propias creencias y percepciones.


• Desenmascararse: Cuando te sientas seguro, comparte tus vulnerabilidades o sentimientos internos con una persona de confianza. Mostrar honestidad y apertura puede fortalecer las relaciones y hacerte sentir menos solo.

La Aceptación Radical nos permite construir una vida más plena y significativa. No se trata de resignarse, sino de liberarnos de la lucha interna para poder vivir de acuerdo con lo que realmente valoramos, incluso cuando la vida nos presenta desafíos.

Magister Alma Rivera

Psicologa Clínica y Psicoterapeuta

Leave A Comment