ODONTOLOGÍA SIN DOLOR: ¿ES POSIBLE?
Dr. Abel Gómez Goff
Cirujano Dentista – David Chiriquí
Graduado en la Universidad Federal de Santa María, RS, Brasil.1977
Registro # 360
Cuando se trata de tratamientos dentales, ¿existe miedo?, ¿tratas de evadir la consulta? Si has tenido malas experiencias en la infancia o en la vida adulta, posiblemente se presente una conducta de rechazo y hasta fobia al odontólogo.
El miedo es una sensación desagradable que nos lleva a huir o defendernos de una amenaza. Es natural que el ser humano busque el placer, las cosas agradables y evite el dolor. Por ello, el ejercicio de la odontología se convierte en un verdadero arte curativo, y si somos hábiles en este trabajo, podremos ejercer exitosamente nuestra labor como profesionales de la salud.
En mi experiencia de casi 40 años de ejercicio de la odontología, he vivido buenos y malos momentos en esta exigente profesión. Descubrí que uno de los profesionales más temidos en esta vida es… el dentista. Y como dentista que soy, a quien más le temo es, sí, a otro dentista.
Porque todos, en algún momento, seremos pacientes y tendremos eventos dolorosos en nuestra cavidad bucal. Sin embargo, hay temores saludables y otros temores irracionales. Mucho depende de nuestras vivencias previas. ¿Cuándo el tratamiento dental logró ser menos doloroso? Posiblemente con el surgimiento de la anestesia local, derivada de la cocaína en 1860, a cargo de Albert Nieman, pero sus propiedades anestésicas no fueron reconocidas sino hasta 1862 cuando se notó su efecto local en la lengua.
La anestesia y analgesia generales se conocieron desde 1842 cuando Crawford Long, un médico, usó éter para producir euforia y extirpar un tumor del cuello de un paciente. En 1844, Horace Wells, un dentista usó óxido nitroso como “anestésico” para la extracción de un diente.
Evolución científica
La anestesia local vino a aliviar y controlar el dolor de una exodoncia dental. En 1844, el Dr. William Halstead efectuó el primer bloqueo nervioso dental inferior registrado usando cocaína y, el mismo año, Carl Koller usó cocaína para una cirugía oftálmica. Así la cocaína fue utilizada ampliamente para la extracción de dientes, pero debido a sus propiedades adictivas o tóxicas hubo que avanzar en mejorar las propiedades farmacológicas.
En 1904-1905, Alfred Einhorn logró sintetizar un alcohol básico con ácido benzoico para producir procaína, la cual permaneció como anestésico básico hasta el descubrimiento de los derivados de la anilina. Luego aparece la lidocaína como el primer anestésico amida de uso general sintetizado en 1948 por Löfgren en Suecia.
Técnicamente, la palabra anestesia significa pérdida de conocimiento, y la analgesia se define como el aumento del umbral del dolor. Cuando se habla de anestesia se le agrega la palabra local, en el caso de la analgesia, entendemos que no hay pérdida del conocimiento.
Debemos comprender que antes de existir estos descubrimientos las cirugías de amputación de miembros, las extracciones de apéndice y de dientes eran totalmente conscientes. Tenían que amarrar al paciente para poder trabajar estos procedimientos. Esta es la verdadera razón de existir el miedo al dolor en la medicina. De allí que atemorizar al paciente con ponerle una inyección de anestésico local no es una buena idea. Nuestra actitud ante el uso de estos fármacos y sus beneficiosos efectos debe cambiar.
Evolución curativa
Actualmente, la ciencia nos pone al alcance muchos conocimientos que hacen del ejercicio de la odontología un arte curativo de los males de la dentadura, sin someter al paciente a dolores atroces.
El odontólogo que desarrolle sus habilidades en el manejo humano del dolor y sepa comprender al paciente de cualquier edad, tiene asegurado su porvenir profesional. Para ello, deberá continuamente estar capacitándose y aprendiendo de sus errores hasta reducirlos al mínimo. Más que un médico deberá tener algo de psicólogo y también empatía con el fin de obtener los resultados que le lleven al éxito.
Cuando tengan un evento de urgencia y sea difícil encontrar un dentista que atienda de lunes a viernes, sin cita, e incluso un fin de semana, sábado en la noche o domingo temprano, pueden dirigirse a la Plaza Oteima, oficina #7 o llamar al número local 775-6133 y celular 6480-4133.
Desde 1980, estoy sirviendo a mi país en la atención de su salud bucal. Haz una cita con tu salud dental, no esperes a que te duela la muela o llegues de urgencia. Gracias por leerme.
Bibliografía.
1)Manual de Anestesia y analgesia dentales. Tomo 1. Pag. 75… Gerald D. Allen , MB , F.F.R.A.C.S.