Con el broncoscopio, (un instrumento alargado, flexible, de unos 2-5 mm de diámetro) se pueden visualizar todas las estructuras que componen el sistema respiratorio del niño(a); la laringe, la tráquea y las vías respiratorias más pequeñas de los pulmones (bronquios y bronquiolos).
Se puede usar una broncoscopia para diagnosticar:
Enfermedades pulmonares
Tumores
Tos crónica
Infecciones (como neumonía o tuberculosis)
Y también para:
Suprimir hemorragias de las vías respiratorias e identificar su origen
Remover cuerpos extraños que han sido aspirados a las vías respiratorias
Aspirar secreciones que obstruyen las vías respiratorias
Si necesitas mayor información sobre este procedimiento, contacta al especialista. Dr. Héctor González Neumólogo Pediatra