En la actualidad es alarmante el número de niños y adolescentes que llegan a nuestra consulta por dolor de espalda. Este suele iniciar con una intensidad leve o pulsante, que mejora con el reposo medio o nocturno, pero que al no ser tratado de manera adecuada aumenta en intensidad y dificulta o impide realizar las tareas habituales de quien lo padece.
Haciendo referencia a que el dolor de espalda suele ser de origen mecánico en la mayoría de los casos (hasta un 90%) surge la pregunta, ¿Por qué nuestros estudiantes tienen o sufren de dolor de espalda?
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Si observamos con mucha atención el día a día de nuestros niños en edad escolar, podemos observar algunos factores:
1.El horario escolar: El tiempo que pasan sentados los estudiantes dentro de sus aulas de clases, es uno de los factores que suele incidir muchas veces en esta problemática ya que en muchos de los casos solo hay dos tiempos de receso, que entre ellos no suman una hora, esto hace que el tiempo de la actividad física sea muy escasa, limitando el tiempo de entrenamiento o ejercicios de fortalecimiento muscular en los alumnos.
2. El hábito postural: Es considerado otro factor influyente en el dolor de espalda estudiantil. Es motivado a la mala higiene postural que mantienen los alumnos durante su jornada escolar, aumentando de forma exagerada las curvas normales de su columna vertebral, siendo este proceso repetitivo durante días y estos días se convierten en meses, aumentando el riesgo de molestias musculares.
3. El sobrepeso de la mochila escolar: Muchos estudios demuestran que el peso de la mochila escolar no debe exceder el 10% del peso total del estudiante, lo que quiere decir que un estudiante de primaria que pese aproximadamente 35 kg no debe cargar más de 3, 5 kg de peso en su mochila. La realidad en nuestra sociedad es que se pueden encontrar mochilas que fácilmente pesan hasta 18 kg.
Basada en la evidencia de la práctica diaria en rehabilitación, queremos hacer una pausa importante en este punto.
Si analizamos esta situación desde la perspectiva de que tenemos niños que cada día realizan menos actividad física, con estructuras musculares débiles, sumemos ahora una sobrecarga de hasta el 40% de su peso en una mochila escolar, esto nos puede dar una idea de la causa o las causas de los dolores de espalda en edades escolares.
En este pequeño ejemplo podemos visualizar el cambio postural que adoptan al soportar un sobrepeso en sus espaldas:
Un estudiante de primaria que lleva en su espalda una mochila con sobrepeso de 20 kg, lo que puede llegar hacer la mitad de su peso corporal. Observemos la postura que adopta al llevar la carga en su espalda, así como la contracción de músculos ya debilitados durante un periodo largo de acción. Esta sobrecarga aumenta las posibilidades de tener una lesión de origen mecánico a nivel de las estructuras vertebrales.
Una solución que ayudo a minimizar este problema fue la creación de mochilas con rueditas evitando que los niños cargaran este sobrepeso, pero la práctica nos ha enseñado que, al ponerle rueditas a las mochilas escolares, el peso de las mismas ha ido en aumento, esta es una carga mayor que en algún momento nuestros estudiantes levantan, muy probablemente de manera inadecuada, con mala mecánica postural y esto también conlleva a un tipo de lesión que causa dolor.
Debemos decir que la mecánica al transportar las mochilas con rueditas afecta la marcha de quien la lleva, ya que las mismas son haladas desde un manubrio y el estudiante se coloca delante de ellas, desplazando una de las extremidades superiores de forma permanente hacia atrás en la marcha, con cierto grado de rotación del tronco hacia el lado donde va la maleta, interfiriendo con la mecánica de marcha normal.
Entonces con todo lo anterior tendremos un problema de mochilas sobrecargadas, llevadas por estudiantes con poca fuerza muscular, lo cual los expone a lesiones por esa sobrecarga y desencadenando el dolor de espalda.
¿Qué podemos hacer para ayudar a nuestros niños?
Consideramos que la solución a este problema va más allá de cargar mochilas escolares livianas, debería haber un sistema educativo que potencie no solo las capacidades intelectuales de nuestros hijos, sino, además, las capacidades físicas.
Tener sillas con escritorios adecuados en tamaño y confort, para que durante las horas que pasan nuestros niños sentados, se encuentren en una postura más adecuada; de esta manera se reduciría problemas de espalda por el mal hábito postural. También es una excelente opción que cada colegio cuente con casilleros para que los estudiantes dejen sus útiles más pesados en el área educativa y solo se transporte en la mochila escolar el peso correspondiente a no más del 10% del peso del estudiante. Esto podría ser parte de las estrategias preventivas en relación a dolores de espalda en edad escolar.
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Otra excelente opción es que cada padre imprima los horarios estudiantiles y los tenga siempre a la vista, para conocer las materias que tendrá su hijo durante la semana, permitiendo sacar de ella aquellos libros que innecesariamente estaría cargando y así aligerar el peso de la mochila. Sería bastante recomendable realizar una charla o bocetos para los padres e incentivar la difusión de este tipo de información que consideramos de suma importancia para toda la comunidad y que nos ayudaría a evitar males mayores en un futuro.
Recomendamos adquirir la mochila más acorde para tu hijo, en cuanto a tamaño, dimensiones y características, para ello te presentamos algunas claves que te pueden ser de utilidad a la hora de la compra de la mochila y su uso cotidiano:
1.Debe tener correas anchas y acolchadas, así como también con un respaldo acolchado.
2. Los ajustes de las correas deben ser firmes, de preferencia mantener la bolsa a unos 5 cm arriba de su cintura.
3. Es de suma importancia repartir el peso dentro de ella. Si es mucho material considerar llevar parte del peso en las manos.
4. Usar siempre la mochila sujeta al cuerpo con sus dos correas.
5. El hacer ejercicio ayuda fortalecer los músculos de la espalda.
6. Debemos organizar la mochila adecuadamente, repartiendo el peso de los los libros más pesados cerca y pegados a la espalda.
7. Las mochilas con ruedas, son una opción viable, debemos evitar tirar de ellas al bajar o subir escalones. Manteniendo una adecuada postura al transportarla y evitando cargar el peso con una mecánica inadecuada. (Si la mochila es muy pesada, el niño se ve obligado a arquear hacia delante la columna vertebral o a flexionar hacia delante la cabeza y el tronco para compensar el peso) esto interfiere con toda la mecánica adecuada para una postura correcta, lo que aumenta en gran medida la posibilidad de lesionarse.
8. Mantener la columna recta y no curvada, para llevar la mochila con ruedas.
9. Para los padres, es importante controlar el tiempo que su hijo transporta una mochila pesada, siendo que este no debe exceder jamás a los 15 minutos.
«La Academia Americana de Cirujanos Ortopédicos (American Academy of Orthopedic Surgeons, AAOS) aconseja a padres y cuidadores prestar mucha atención a la postura de los niños, y a no esperar que se quejen de dolor de espalda antes de aligerar su carga».
En el caso de que su hijo le diga que tiene dolor de espalda, no dude en llevarlo al médico, para que sea este que determine si el origen del mismo es mecánico o de algún otro tipo.
Por el Centro integral de rehabilitación integral