El volumen muy alto de televisores, equipos de sonido, música audífonos, el tráfico vehicular, cornetas, discotecas, entre otros, pueden dañar las sensibles estructuras del oído interno, no importa si la exposición a este ruido fue ocasional o durante un tiempo prolongado.
Esto se conoce como pérdida de la audición inducida por el ruido, la cual puede manifestar de forma gradual o inmediata y afectar a uno o ambos oídos.
A cualquier edad puede presentarse este problema. Por eso, es tan importante cuidar nuestra capacidad auditiva, manteniendo niveles aceptables de sonido en dispositivos electrónicos y evitando al máximo lugares o locales donde existan ruidos estruendosos.
Licda Ivonne Arauz – Fonoaudiologa