La detección temprana de cualquier pérdida de la audición es clave para que el niño pueda desarrollar al máximo sus capacidades. Estas son algunas de las señales:
En niños hasta el primer año: Falta de atención a los sonidos
De los 7 meses al primer año: No atiende cuando se le llama por su nombre
Entre 1 y 2 años: No responde a las instrucciones por más sencillas que sean
Hasta los 3 años: El habla y la comunicación verbal no fluyen apropiadamente para la edad
Tienden a tocarse o halarse las orejas frecuentemente
Presentan dificultades de aprendizaje tanto en lectura como en matemáticas.
Se aíslan, no socializan con otros niños.
Licda Ivonne Arauz – Fonoaudiologa
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