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Tu perrita puede tener PIOMETRA

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Durante la madurez sexual, las perras pueden desarrollar infecciones en el útero y una de las más importantes es el piometra. En este artículo te contamos cómo se diagnostica y los tratamientos para evitar sus graves complicaciones.

 

¿QUÉ ES LA PIOMETRA?

Es una infección en el útero que afecta a muchas hembras en edad reproductiva, con presencia en el útero de secreciones sanguinolentas o purulentas.

Las causas de esta enfermedad son variadas: Incremento de progesterona por el celo, alteraciones endometriales, infección de bacterias oportunistas y la administración exógena de anticonceptivas o terapias hormonales, con estrógenos y progesteronas.

Aparece normalmente después de los 5 años de edad, pero toda hembra que ha tenido celo puede padecerla. Sin embargo, en las perras más jóvenes su incidencia es casi nula.

El período en que las perras se logran reproducir, es conocido popularmente como celo, el mismo se llama ciclo Estral, equivalente al ciclo menstrual en humanos.  Se divide en varias fases: Proestro donde crece el folículo, regresión del cuerpo lúteo, para dar lugar al Estro que es el momento donde se libera el óvulo y la hembra es receptiva (celo propiamente) Si se aparea, habrá gestación, de no ser así,  continuará el Metaestro, es allí donde se desarrolla el cuerpo lúteo.

En la fase de Metraestro ocurren picos altos de progesterona y esto disminuye las contracciones uterinas, promoviendo ciertos cambios en el endometrio, con lo cual se puede favorecer el crecimiento bacteriano, dando lugar a la aparición de nódulos. Esto hace más grave el proceso, y por ende, es donde se desarrollan más los piometras.

Además de las fases ya mencionadas también encontramos el Diestro, donde finaliza la luteolisis, para llegar al Anestro, que es el período de no Estro o Celo.  

 

¿CUÁLES SON LOS TIPOS DE PIOMETRA?

Hay dos tipos de piometra: abierto y cerrado, el primero es el más común.

En el piometra abierto, que coincide con el periodo que va de la segunda a octava semana tras el celo, se observan secreciones sanguinolentas y purulentas saliendo de la vulva, por el cérvix que se encuentra abierto. En algunos casos el abdomen está distendido.

Cuando se trata del piometra cerrado, el cérvix está cerrado por la existencia de nódulos dentro del útero, sin descarga vaginal, con presencia de inflamación uterina y puede abultarse el abdomen. En este caso el diagnóstico es más complejo, con un pronóstico grave.

 

SÍNTOMAS

Entre los síntomas más comunes se encuentran:

  • Fiebre alta
  • Letargia
  • Anorexia
  • Poliuria (Excreción de orina abundante)
  • Polidipsia (Necesidad urgente de beber líquidos)
  • Diarrea
  • Agrandamiento abdominal (En algunos casos)
  • Descargas purulentas o sanguinolentas en la vulva (Piometra abierto)

Cuando no es atendida a tiempo, ha evolucionado o no se recibe el tratamiento correcto, esta enfermedad puede llegar a producir septicemia, toxemia (preclampsia en humanos), peritonitis e insuficiencia renal, shock y por ende la muerte.

El diagnóstico del piometra se hace generalmente por medio de la historia clínica y exploración física. La ecografía se utiliza para confirmarlo. Adicionalmente, se puede recomendar la realización de un hemograma y citología, para corroborar el diagnóstico. El resultado de estas pruebas mostrará signos de infección y en la citología vaginal, se observará alta concentración de neutrófilos.

 

¿CUÁL ES EL TRATAMIENTO?

La cirugía es la opción de primera línea, ya que con la extracción total de útero y ovarios, se puede corregir el problema de forma más rápida y efectiva. Luego, de la intervención se indica la terapia de soporte de hidratación, antibioticoterapia y los analgésicos, para un pronta recuperación.

Entre los tratamientos médicos se encuentra la terapia con prostaglandina (PG) F2a, en animales que se aparearán en el futuro. Este sirve para aumentar la contractilidad uterina, en casos leves, pero es 100% seguro que se mantenga la capacidad reproductiva.

Esta opción solamente debe administrarse en el piometra abierto, bajo supervisión veterinaria, pues además se debe administrar antibioticoterapia, para evitar la sepsis y la peritonitis, que pueden llevar a la muerte del animal.

Si se diagnostica a tiempo, el piometra puede tener un buen pronóstico. La experiencia del cirujano y la rapidez en la atención, marcan la diferencia para salvar la vida de la mascota. Recuerda que esta es una urgencia veterinaria, aguda y grave.

 

 

La esterilización puede ser la clave en la prevención de esta peligrosa enfermedad, ya que todas las perras maduras sexualmente son aptas para desarrollarla.

 

 

Por la Dra. Rosa E. Núñez

Médico Veterinario Reg. #0810

Clínica Veterinaria Animalia’s

Penonomé , Coclé

Tel. 6412-1312 / 997-7152

 

 

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