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En el mes de la lucha contra el Cáncer de mama en los seres humanos invitamos a una reflexión con relación a esta asustadora enfermedad en nuestras mascotas y exhortamos a que todos tomemos conciencia de la importancia de la información, prevención e intervención temprana cuando hablamos de estas patologías.
Al escuchar la palabra tumor enseguida nos viene a la mente el concepto de una enfermedad muy seria, y así mismo es en nuestras mascotas. Un tumor es el crecimiento anormal, exacerbado y descontrolado de cualquier tipo celular del cuerpo, que puede ser benigno o maligno dependiendo de la agresividad, diferenciación y capacidad de diseminarse por el cuerpo. Los tumores o neoplasias malignas son también conocidos como cáncer y son los que tienen el comportamiento agresivo de causar metástasis.
El cáncer de mama en mascotas es una de las patologías más frecuentes en la clínica veterinaria superando hasta tres veces la incidencia en mujeres. Los tumores de glándula mamaria representan alrededor del 42% del total de neoplasias en los caninos, y de estos aproximadamente entre el 41 y 53% tienen un curso maligno. Las gatas presentan una incidencia de cáncer mamario menor que las perras, representando un 17% del total de las neoplasias que afectan esta especie, sin embargo, el comportamiento biológico de las neoplasias mamarias felinas suele ser más agresivo con al menos un 85% de los tumores siendo malignos. Estos datos estadísticos provienen de estudios realizados principalmente en EUA y Europa donde la preocupación con los cuidados veterinarios de las mascotas es mayor. En el presente artículo queremos dejar claro que la salud de la mascota depende del valor que el propietario le da como miembro de su familia y por consiguiente del cuidado médico veterinario que con ella se tengan.
Factores de riesgo.
El cáncer de mama es la neoplasia más común en perras, ocurre con mayor incidencia en hembras no esterilizadas. Razas de piel negra son más susceptibles a sufrir de tumores. Esta enfermedad también acomete machos pero la incidencia es 100 veces menor. En perras jóvenes ocurren más comúnmente tumores benignos, sin embargo estos pacientes tienen mayor posibilidad de desarrollar cáncer en su vida adulta. Está documentado desde hace algunos años que la pseudopreñez, el número de partos, la edad al parto o los ciclos estrales en hembras adultas son factores que no están relacionados con el aparecimiento del cáncer de mama. Algunos estudios relacionan el uso de algunos anticonceptivos y la obesidad como factores de riesgo.
Diagnóstico
El diagnóstico del tumor mamario se hace inicialmente por la palpación de una neoplasia (nuevo crecimiento) anormal en medio de las tetas, que frecuentemente se origina de células provenientes de la glándula o del ducto mamario. Este puede estar ulcerado o no. Es fundamental para cerrar el diagnóstico y para beneficio del propio paciente realizar un estudio histopatológico a través de una biopsia o de la remoción del propio tumor, para poder definir con cual tipo de tumor nos deparamos y así también, de ser el caso, poder escoger la quimioterapia a ser utilizada para continuar el tratamiento.
Tratamiento
El tratamiento de la patología mamaria de fondo tumoral siempre involucra procedimientos quirúrgicos, procedimientos estos que varían según la agresividad del tumor. El porcentaje de éxito después de una cirugía de tumor de mama depende directamente de la oportunidad de remover el tumor primario, que es el primero que aparece y que da origen a los tumores metastásicos. Sin embargo, la remoción quirúrgica asociada a un estudio histopatológico subsecuente que permita escoger el quimioterápico adecuado para acabar con las posibles células tumorales circulantes, son la clave para aumentar las probabilidades de suceso frente a esta enfermedad.
Prevención
La prevención comienza con la observación y palpación frecuente de la cadena mamaria por el propietario del animal, a la más mínima sospecha se debe visitar al médico veterinario para su revisión. La detección temprana proporciona la oportunidad de detectar el tumor primario y así disminuir las chances de nuevos tumores o metástasis. Estudios recientes apuntan la esterilización temprana de las hembras como un factor que disminuye las posibilidades de aparecimiento de tumores mamarios. Siendo un factor determinante, la castración de la hembra antes del primer celo lleva a un riesgo de aparecimiento de cáncer mamario de 0,05%, entre el primer y segundo celo 8% y de 26% cuando se castra después del tercer celo, o sea, una hembra castrada después del tercer celo tiene 520 veces más probabilidades de presentar cáncer de mama que una hembra castrada antes del primer celo.
Consideraciones Finales.
Como visto anteriormente el cáncer de mama en perras es muy frecuente, y tal vez no reciba la importancia merecida. También es fundamental destacar que existe tratamiento contra el mismo, pero que el éxito de este depende de cuan temprano logremos detectar la enfermedad, exactamente igual que con el ser humano. Por lo tanto, es vital la participación del propietario en acudir al médico veterinario al momento que observe el menor crecimiento anormal en la cadena mamaria de su mascota y juntos poder elaborar una estrategia de combate, control y prevención contra esta enfermedad, disminuyendo de esta manera los tristes casos de pacientes con tumores enormes, ulcerados e infectados que aparecen cotidianamente en la clínica médica veterinaria.