Tratar el sobrepeso va más allá de un asunto de estética, representa un cambio radical en las condiciones de salud y más aún, si existen problemas preexistentes en los cuales tener una cantidad considerable de peso adicional, complica mucho más el estado general del paciente. En este artículo te presentamos una historia tremendamente humana, de una paciente que logró recuperar su calidad de vida gracias a la cirugía bariátrica.
MI HISTORIA COMIENZA 6 AÑOS ANTES DE LA CIRUGÍA
Mi nombre es Digna Acosta, tengo 52 años y 2 hijos. Hace 6 años mi vida tuvo un giro inesperado cuando laboraba en el Departamento de Finanzas del Aeropuerto Internacional de Tocumen. Un día sufrí un accidente laboral, cayendo de bruces al piso, lo cual ocasionó la pérdida de los meniscos de la rodilla derecha, así como, lesiones en la columna vertebral.
Mi movilidad se vio severamente reducida, a tal punto que tuve que utilizar silla de ruedas, andaderas y bastones. Mi problema se agravó porque para esa época con tan solo 45 años, mi peso era de 327 libras (IMC 58.79). Acudí a un reconocido ortopeda, quien por mi condición física me recomendó reposo absoluto. El pronóstico no era nada halagador: Quedar confinada a una cama y no era candidata a una prótesis.
MESES DE TRATAMIENTO SIN MEJORÍA
Entre tantas cosas que tuve que abandonar, estaba mi trabajo al que renuncié porque era imposible realizarlo con mis problemas de salud. Regresé a Dolega-Chiriquí, en ese momento recibí el diagnóstico de osteoartrosis en la rodilla derecha y columna lumbar. Fueron meses de tratamiento con analgésicos y antiinflamatorios, incluso por vía intravenosa, para aliviar los fuertes dolores que sufría.
“Lo más importante para mi recuperación no lo lograba: perder peso. Hice los más variados tipos de dietas y lo único que pude rebajar fueron 15 libras. Rogaba por un milagro: Poder realizarme una cirugía bariátrica”
MI SUEÑO ESTABA A PUNTO DE HACERSE REALIDAD
Un día mi ortopeda me habla sobre la cirugía de by Pass gástrico y me refiere a la Dra. Mariela Hurtado. En la consulta, cuando me dijo que sí podía realizarme la cirugía, empezó a hacerse realidad el milagro que tanto había pedido.
“Fueron aproximadamente 7 meses de preparación para la cirugía, que incluyeron citas con diferentes especialistas: nutrición, psicología, fisioterapia, gastroenterología. Además, de la realización de los exámenes correspondientes”
22 de agosto de 2018: El día que cambió mi vida
La intervención se realizó finalmente el día 22 de agosto de 2018, mi peso estaba alrededor de las 300 libras.
Todo el proceso salió exitoso y comenzó mi recuperación, acudiendo a consultas de control. Seguí las indicaciones de alimentación saludables, comencé a perder peso rápidamente y por supuesto, mi movilidad y actividad física fue mejorando.
De hecho, al pasar los meses, ya pude caminar sin ninguna dificultad, hacer todo por mí misma. Los dolores fueron aliviándose poco a poco, hasta no depender de los medicamentos.
LA FELICIDAD ES LIBERTAD DE MOVIMIENTO
En la actualidad recuperé al 100% mi vida: hago ejercicios, voy a eventos con mi familia, subo escaleras, soy absolutamente independiente y hasta bailo.
Mi peso es de 157 libras luego de más de un año de la operación, lo que ha hecho posible que hoy en día me encuentre totalmente saludable, sin los dolores que tanto me limitaban.
Mi agradecimiento es infinito: Dios, mi familia, amigos y el grupo de médicos encabezado por la Dra. Mariela Hurtado, Licda. Nuryhan Chiu, nutricionista y el Dr. Jack Rodriguez Miranda, gastroenterólogo, así como el resto de especialistas que incluye neumonología, medicina interna, psicología, fisioterapia y ortopedia.
Todos ellos lograron que mi esperanza de una mejor vida sea una realidad, ganando la batalla contra la obesidad.
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