Los eventos, o más comúnmente conocidos, accidentes cerebrovasculares representan una de la tercera causa  de muerte y la primera causa de invalidez permanente en el mundo, de acuerdo a la Organización Mundial de la Salud. En este artículo te contamos cómo prevenirlos y por qué es tan importante el factor tiempo en la superación de los ACV.

Una de las más importantes urgencias médicas son los accidentes o eventos cerebrovasculares.

¿Qué es un accidente cerebrovascular?

Es la alteración súbita de la circulación cerebral en ciertas, lo que trae como consecuencia que no llegue suficiente oxígeno, ni nutrientes.

Al ocurrir este corte de la oxigenación cerebral, las neuronas comienzan a morir en minutos, de ahí la importancia vital de la atención inmediata de cualquier evento cerebrovascular. De esta manera se puede disminuir el riesgo de pérdidas cognitivas permanentes o secuelas y por supuesto, la superación y recuperación más rápida del paciente.

No todos los eventos cerebrovasculares son iguales

Existen dos grandes clasificaciones de estos eventos, agrupadas de acuerdo a su origen: por obstrucción o hemorrágica

Isquémico (Obstrucción)

Representan la mayoría de los eventos cerebrovasculares,  8 de cada 10 personas lo han sufrido. Ocurren cuando las arterias que irrigan  el cerebro son obstruidas o están más estrechas, lo que hace que disminuya en gran medida la irrigación sanguínea.

Los eventos isquémicos se subdividen a su vez en:

Trombóticos:

Cuando se forma un coágulo en las mismas arterias cerebrales. Esto puede deberse, entre otras causas, a la acumulación de grasa.

Embólicos:

Es cuando un coagulo viaja desde otras arterias del cuerpo, principalmente del corazón y llega hasta las más estrechas del cerebro.

Hemorrágico

En este caso se produce la rotura de un vaso sanguíneo, que puede ser generarse debido a la hipertensión, aneurismas, exceso de tratamiento con anticoagulantes y en menor proporción por malformación arteriovenosa, siendo estas últimas más frecuentes en niños.

Los ACV hemorrágicos se clasifican en:

Intracerebral: cuando hay aumento de la presión arterial y se rompe un vaso intracerebral.

Subaracnoidea:  por la debilidad de los vasos, se dilatan hasta formar un saco que se rompen y la sangre drena a los espacios subaracnoideos. 

Evento cerebrovascular isquémico transitorio

Mención aparte merece este tipo de evento, también conocido como “mini-accidente cerebrovascular”, el cual como su nombre lo indica es de carácter temporal. Es decir, sucede una interrupción momentánea del flujo sanguíneo cerebral.

Los pacientes presentan síntomas  similares a los de un infarto, como adormecimiento o debilidad repentina en la cara,  brazo o una pierna,  especialmente en uno de los lados del cuerpo, confusión repentina, dificultad para hablar o para entender, dolor de cabeza.  Sin embargo el déficit neurológico es menor a dos horas

Para actuar rápido: Conoce los síntomas

La mejor manera de actuar efectivamente frente a un evento cerebrovascular es conocer los síntomas, ya que así podemos acudir de inmediato al médico.

Claves para detectar un ECV:

• Entumecimiento o parálisis de cara, brazos o piernas
• No se articulan bien las palabras o el habla se torna enredada
• Problemas para caminar
• Alteraciones en la visión de uno o ambos ojos
• Dificultad para comprender o entender lo que se dice
• Dolores de cabeza

No pierdas tiempo si experimentas o alguna persona a tu alrededor tiene cualquiera de estos síntomas. Ni esperes a ver qué pasa. De inmediato debes ir a una sala de emergencias.   La detección temprana en un evento cerebrovascular hará del tratamiento inmediato su opción de vida.

Las secuelas y recuperación dependen del tipo de evento

La recuperación depente del tipo de evento cerebrovascular.  En los eventos isquémicos el tiempo de atención con las nuevas guías debe de ser de 3 horas,  desde la sospecha de un infarto cerebral,  diagnóstico y tratamiento, esto garantiza la recuperación del tejido afectado alrededor del infarto y la posibilidad de minimizar secuelas y muerte en el paciente. 

Las hemorragias intracerebrales ponen en riesgo la vida, de acuerdo a la cantidad de sangre y el lugar donde se encuentren.

¡Tú puedes prevenirlo!

Salvo que se trate de un traumatismo, aneurisma o una malformación congénita, la mayoría de los ECV puede prevenirse con cambios en el estilo de vida y manteniendo un continuo control médico si ya existe un riesgo determinado por alguna enfermedad previa.

• Dile adiós al cigarrillo y el alcohol
• Controla tu presión arterial
• Vigila tus niveles de colesterol y triglicéridos
• Mantén un peso normal
• Adopta buenos hábitos alimenticios
• Aumenta tu actividad física
• Realiza tu chequeo médico con regularidad
• Si eres diabético, monitorea tu estado frecuentemente

Si sospechas que usted o alguien cercano muestra los síntomas:  debilidad en alguna parte del cuerpo,  habla enredada o que la comisura labial no se mueve, llame al 911 y expreselo al paramédico y sabrá que hacer.

Dra. Mitzadi Ordoñez especialista en Neurocirugía de cabeza y cuello

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