Las Células Madres existen en todas las personas como el origen de todas las células que circulan en la sangre y como un componente del sistema de regeneración que tienen los diferentes órganos y tejidos. Hay de varios tipos: Embrionarias, adultas, de cordón umbilical y adultas reprogramadas. Las embrionarias son las que se obtienen de los embriones sobrantes de la fertilización in vitro y existen grandes impedimentos éticos para su uso. En los últimos años, un tema que se ha convertido en el principal interés de algunos científicos y médicos, es el uso de las células madre para el tratamiento de órganos y tejidos dañados, para de esta manera revertir padecimientos crónicos que hasta los momentos no tienen cura como: La Diabetes, el Parkinson y el Alzheimer y en enfermedades degenerativas.
Desde los trabajos investigativos con células madres, destaca el de un roedor realizado por Martin Evans en el año 1981, Premio Nobel de Medicina 2007, que ha evidenciado su gran potencial en medicina para regenerar diferentes tipos de órganos del cuerpo humano. Esto se acentuó tras el descubrimiento de las células pluripotentes inducidas por el japonés Shinya Yamanaka, quien fue premiado con el Premio Nobel de Medicina 2012. Hasta ahora se han documentado numerosos trasplantes de células madres y éstas son utilizadas para el tratamiento de enfermedades como leucemias, anormalidades congénitas de los glóbulos rojos, anemias, cáncer de médula ósea y enfermedades como el síndrome de Hurler. En México existen pocos grupos de investigación que se han enfocado en el área de la medicina regenerativa y uno de ellos se encuentra en el Centro de Investigación y Asistencia en Tecnología y Diseño del Estado de Jalisco A. C. (Ciatej), que está interesado en procesos crónico-degenerativos del sistema nervioso central y de los islotes pancreáticos, en particular la enfermedad de Parkinson, el Alzheimer y la diabetes. Se interesa en comprender cómo se desarrollan estas enfermedades para lograr instaurar nuevas terapias que involucren no sólo el uso de células madres, sino también la modificación de los procesos degenerativos a través del uso de modelos 3D de reprogramación celular.
Un nuevo tratamiento de nombre AB126 con células madres para los accidentes cerebrovasculares está en desarrollo, con una muestra en modelos animales, que ha demostrado ser capaz de reducir el daño cerebral y acelerar el proceso natural de reparación de tejido, utilizan vesículas extracelulares, unas estructuras llenas de líquido conocidas como exosomas que se generan a partir de células madres neurales de los seres humanos, este tipo de terapia regenerativa viene de científicos del Centro de Biociencia Regenerativa de la Universidad de Georgia en Athens en Estados Unidos y la compañía ArunA Biomedical. Este tipo de terapia regenerativa tiene la capacidad de ocultarse dentro del torrente de sangre y de acuerdo a los resultados, parece ser la más prometedora para superar las limitaciones de muchos tratamientos celulares, gracias a la capacidad de los exosomas de transportar y administrar múltiples dosis, como también por su potencial para servir de almacén y administrar tratamientos de pequeño tamaño, ya que la diminuta forma tubular de un exosoma facilita que la terapia atraviese barreras que no pueden pasar las células normales. Luego de la administración de la terapia, los investigadores emplearon resonancias magnéticas para medir las tasas de atrofia cerebral en modelos preclínicos del accidente cerebrovascular por edades, y observaron una disminución de aproximadamente un 35% del tamaño de la lesión y un 50% de pérdida de tejido cerebral, algo que de manera aguda no se observó en estudios previos con el tratamiento con exosomas. Los resultados obtenidos fueron replicados en roedores y en un modelo de derrame cerebral en cerdos. A partir de estos resultados, los científicos confían en poder hacer ensayos clínicos en humanos a lo largo del año 2019.
Por Mariana Santos